Webcams Trans: Las mejores Live Cams Transexuales y Futanari

¿Sientes atracción por las mujeres trans?
Averígualo con nuestras webcams de transexuales

De verdad. Sal de dudas.

Sin riesgos. Sin miedos. Sin compromiso.

No tendrás que quedar con una si no quieres.

Mírala desde la seguridad y comodidad de tu hogar (y déjate ver si lo deseas).

Interactúa con ellas. Charla, pídeles cosas, resuelve tus dudas…

¡Y, sobre todo, disfruta!

Mi novia futanari y cómo las webcams trans cambiaron mi vida para siempre

Ha tenido que pasar mucho tiempo hasta que me he visto capaz de contar abiertamente la historia que te voy a contar hoy.

Cuando tenía 19 o 20 años empecé a tener cierta atracción por la idea de la transexualidad.

Sabía que yo no lo era, pero había algo que me atraía. Desde un punto de vista muy abstracto. Aún hoy me cuesta explicarlo.

Me sentía atraído por lo que representaba. Pero, en aquel momento (hace unos 15 años), no estaba tan extendido como lo está hoy.

Había muchos más prejuicios y era difícil encontrar vídeos, webcams, webs de citas o cualquier cosa semejante.

Y no digamos ya el quedar con una trans… ¡Tenías que irte a los bajos fondos a altas horas de la noche y correr un montón de riesgos!

Era un mundo muy turbio.

Pero el caso es que todo aquello me atraía bastante. Eso sí, al mismo tiempo, me asustaba.

Me daba mucho miedo y vergüenza. Ya sabes, el temor al rechazo y todo eso… Si hoy te parece que hay prejuicios, estigmas y tabús… ¡imagínate hace 15 años!

Total, que, durante mucho tiempo, evité entrar en ese mundillo. A pesar de que, al masturbarme, aunque no quisiera, a menudo se me cruzaban imágenes de transexuales.

¡Incluso soñaba con ellas!

Cuando veía porno, veía porno normal. Heterosexual.

En aquel momento, por suerte (o por desgracia, realmente), las webs porno no te sugerían tantos vídeos de transexuales. Así que mantenerme alejado fue relativamente fácil.

Y, por supuesto, me eché novia.

Y me casé.

Debía tener unos 25 años cuando me casé.

Pero ya sabes cómo es esto: Cuando algo te atrae, te atrae.

Y punto.

Y llegó un punto en el que, mientras lo hacía con mi mujer, imaginaba que era una chica trans.

No te sorprenderá que mi postura preferida fuera a 4…

Pasaron los años y, aunque la quería mucho, notaba que me faltaba algo.

Y las webs porno ya empezaban a recomendar vídeos de trans. También se expandía la idea del hentai y se normalizaba (un poco) el tema trans en los medios y en la política.

Con todo eso, poco a poco fui asomándome a los vídeos porno trans.

Empecé por el hentai, con vídeos de futanari, y pronto empecé a ver vídeos de transexuales reales.

¡Pero yo seguía convencido de que era hetero y de que me gustaban las mujeres!

O eso me quería contar a mí mismo…

Estuve así durante un par de años. Con mi mujer durante el día y viendo vídeos de transexuales por la noche.

Como puedes imaginar, no era el mejor plan posible. Quizá tú también estés en ese punto.

Total, que hubo un día en el que, como tú, llegué a la web de alguien que contaba su experiencia al respecto.

La verdad: Esa historia se parecía bastante a la mía.

Me sorprendió.

Pero hoy en día creo que es normal: En aquel momento no lo sabía, pero hoy sé que somos muchos los que hemos pasado por algo parecido.

Así que, si estás en ese punto, tranquilo. Esta página es la mejor oportunidad para salir de dudas.

Total, que, en esa web, esa persona contaba que había empezado a interactuar con transexuales en chats y que, al hacerlo, se sintió liberado.

Así que eso hice yo: Me fui a los típicos chats y empecé a charlar con trans.

¿El problema? Que cuando aquel hombre lo hizo, los chats eran más “puros” y “reales”. Cuando yo entré, todo era gente mintiendo.

Charlé con gente y me liberé un poco mentalmente, pero lo cierto es que ni siquiera sé si llegué a hablar con algún trans real.

Pero, bueno, aquello me abrió la mente.

Igual que había chats, seguramente hubiese alguna otra opción.

Probé en grupos de Facebook, redes sociales especializadas, foros… Pero no había manera.

Hasta que encontré las webs de webcams de transexuales.

Ahí no había duda: Eran mujeres trans reales. Esas futanari que había visto en vídeos hentai y porno estaban ahí. Y me saludaban cuando entraba a la webcam y su chat.

Así que aquello me maravilló.

Al principio, no entendía cómo funcionaba aquello. Lo descubrí pronto: Podía charlar con las chicas y, de vez en cuando, ellas hacían algo más sexual.

Pero, si quería tener charlas profundas y ver más contenido sexual (y pedirles cosas), tenía que pagar.

Al principio, no quise. Lógico, ¿no? ¡Por qué voy a pagar por investigar mi sexualidad!

Estuve unos meses entrando a estas webcams para charlar y ver a transexuales sin pagar. Pero llegó un momento en que Perla, una de ellas (con la que solía charlar bastante), me dijo algo que me dejó sin palabras:

“¿Por qué pasas tanto tiempo aquí? ¿Te asusta el mundo real?”

Claro, aquello fue un jarro de agua fría.

¿Por qué me decía eso?

No recuerdo qué le dije exactamente (me puse súper nervioso, porque me había dado directo a la línea de flotación). Seguramente algo tipo “No sé si me gustáis”.

Obviamente, ella dijo “Claro que te gustamos. Tienes la decisión tomada desde hace tiempo. Pero no te atreves a ponerla en práctica”.

No supe que decir. Porque sabía que tenía razón. Y ella siguió:

Soy psicóloga, pero las sesiones no son gratis. Además, no querrás que los demás conozcan tus miserias, ¿no?

Lo dijo con esas palabras, que son duras, pero con tono dulce.

Total, que aquello fue lo que me convenció.

Saqué la tarjeta y hablé directamente con ella durante semanas en sesiones privadas que podían durar horas.

No voy a decir que me costó poco. Fue un dinerillo. Tampoco espectacular ni nada que no pudiese permitirme, pero fue un dinero.

Eso sí: El dinero mejor invertido de mi vida.

Entre juegos, charlas intrascendentes y mucho cibersexo, llegó el momento en que me dijo: “¿Te has atrevido ya a quedar con alguna chica trans?”.

Le dije que no.

¡Es normal!

Me seguía dando miedo. Con ella me sentía muy cómodo, pero no sabía qué me iba a encontrar por ahí.

Y me partió en dos cuando me dijo: “¿Quieres que quedemos un día?”.

Claro, Perla sabía que yo me sentía muy cómodo con ella y que, si me ofrecía algo así, aceptaría.

Y lo hice.

A la semana siguiente, quedamos.

Fuimos a tomar algo y, después, a su casa. Y fue la mejor noche de mi vida.

Y entonces se dio una de esas situaciones que años después te sigue dando vergüenza cuando las recuerdas antes de dormirte: Le pregunté: “¿Cuánto te debo?”.

¡Qué ridículo!

Perla se rió y me dijo que me guardara el dinero.

No quería dinero porque… ¡Le gustaba de verdad!

¿Qué cómo lo sé?

Porque, a día de hoy, Perla es mi novia.

A los pocos días de ese encuentro, le conté la verdad a mi mujer. Se lo confesé todo entre lágrimas.

Y debo darle todas las gracias del mundo y le deseo lo mejor, porque se lo tomó muy pero que muy bien.

Me dijo que, si iba a ser feliz así, que lo hiciera sin importarme lo que pensara nadie.

Y así es como, gracias a las webcams, no sólo averigüé que me gustaban las chicas trans, sino que encontré a mi novia actual.

Así que te digo por experiencia que, si no sabes si esto es lo que realmente te gusta, pruebes.

No sabes lo que te espera… ¡Es un mundo precioso y con muchos más colores!

Personalmente, te recomiendo Tgirlscams.com, pero hay muchas más.

De hecho, como no sabes dónde va a estar tu Perla, te recomiendo que, si puedes permitírtelo, entres en varias de ellas.

Más abajo, te recomiendo algunas otras.

Pero es que no sé si me gustan las trans…

¡Yo tampoco lo sabía!

Me sentía atraído por todo eso, pero no estaba 100% seguro de nada.

Seguro que hay muchos que, como yo, entraron a una cam futa y resultó que no les gustaba.

¡Pero al menos salieron de dudas!

Muchos otros entraron y descubrieron un mundo nuevo en el que son mucho más felices.

Pero es que me da vergüenza…

Sé lo que es eso.

Tardé mucho en entrar en una webcam futa en parte por la vergüenza que me daba.

Era como si el simple hecho de entrar ya me demostrara que me gustaban las transexuales.

Y, seamos honestos: Es algo que da vértigo.

Pero te voy a decir una cosa: Entrar en una web de webcams futanari no significa que te gusten. Sólo quieres averiguarlo, y no hay nada malo en averiguarlo.

Pero es que hay más: Tampoco hay nada malo en que te gusten.

Hoy en día, todo el mundo es más abierto de mente.

Y cada vez más.

Así que no te reprimas, porque eso es algo que te está haciendo infeliz.

Y, como digo, el mundo tiene muchos más colores desde que conocí a Perla.

Pero yo quiero tratar directamente con ellas…

¡Es que eso es precisamente lo que te ofrecen las webcam de futanaris!

De hecho, yo dejé los vídeos porno y los chats porque ninguna de las dos me ofrecía lo que quería: Interactuar de verdad con una transexual real.

Las webcams te ofrecen eso, porque incluyen una ventana de chat e incluso micro. Así que puedes tratar directamente con ellas y, al mismo tiempo, verlas… ¡Ya sabes qué quiero decir!

Pero es que no quiero gastar dinero…

Yo tampoco quería.

Pero piénsalo: ¿Cuánto cuesta ser libre?

Así de claro te lo pregunto, porque la realidad es que, ahora mismo, estás en una jaula.

Ya sea porque sabes que te gustan las mujeres transexuales o porque tienes dudas, eso te está frenando y te está haciendo vivir en una jaula.

Y lo sé porque yo pasé por ahí.

Así que te pregunto: ¿Cuánto cuesta vivir la vida que quieres? ¿Cuánto cuesta tu libertad?

Charlar en stream con una futanari tiene un coste muy bajo si piensas en lo que te puede aportar.

Yo no te voy a recomendar webcams gratis, porque, durante mucho tiempo, las probé y no conseguí nada.

Fue en el momento en que pagué cuando una de ellas se centró en mí y, gracias a eso, acabamos conectando, quedando y en una relación que ya dura 4 años.

Así que mi única recomendación posible es: Paga.

Sale a cuenta.

¿Cuál es la mejor cam transexual?

Cuando yo me empecé a interesar por este mundillo apenas había webs de webcams transexuales, pero, hoy en día, hay muchísimas más.

Ahora bien, a la que más cariño le tengo es a la que me permitió conocer a Perla, claro.

¿Y cuál es esa web de webcams shemale?

Pues Tgirlscams.com.

Ahí es donde conocí a Perla, así que es la que te recomiendo utilizar.

Ahora bien, como digo, hoy en día hay muchas más.

Y, de hecho, como no sabes en cuál de ellas puede estar esperándote tu Perla, mi consejo es que utilices tantas como sea posible (¡y te permita tu economía, claro!).

Así que, a continuación, te recomiendo algunas otras:

Lista de las mejores cams transexuales online

Webcam transexual gratis, ¿existen?

Sí, lo cierto es que sí existen. Ahora bien, no te las recomiendo. Habrá muchísima gente y la chica no se centrará en ti.

Pierdes el tiempo y no sales de dudas (al contrario, crecen). Lo sé porque a mí me pasó.

De todos modos, si quieres perder tu tiempo, aquí te dejo algunas: